miércoles, 2 de diciembre de 2015

Amor y disciplina

Educar con el ejemplo

Actualmente se cree que amar a los hijos es darles todo lo que necesitan y quieren, sin límite alguno para que no vayan a sufrir alguna decepción o frustración. La verdad es que cuando no se les ponen límites a los hijos, lo que se crea son niños débiles de carácter y dependientes, o bien, pequeños malcriados y mandones.

“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6

La disciplina es una forma de amor y es necesaria en la vida para poder alcanzar metas. Los niños que son criados de esta forma aprenden a ser tolerantes a la frustración, desarrollan fortaleza de carácter y la capacidad de ser independientes y seguros de sí mismos.

Hay una responsabilidad primordial en ser padre. Esta responsabilidad empieza con entender que los niños son preciosos en la vista del Señor, y Dios nos presta estas criaturas por un rato para ver qué hacemos con ellos.

Muchas veces  nosotros como padres tratamos de proteger a los hijos no poniendo límites. Los niños deben aprender que cuando hacen algo incorrecto, habrá consecuencias negativas y de esta forma aprenden a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. 


Es importante estar conscientes de que el disciplinar a un hijo no es gritarle o abusar de él físicamente. La disciplina va de la mano con el amor y el respeto. Dicho amor nunca debe ser condicionado por una conducta indeseada. Esto puede crear en el pequeño una profunda inseguridad y un fuerte sentimiento de rechazo. Es de aquí que muchos niños pueden sufrir, serios traumas y empezar con conductas de nerviosismo y tics nerviosos, como comersen las uñas e inclusive desarrollar conductas compulsivas.

“Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado, y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes.  Escríbelas en tiras de cuero y átalas a tu brazo, y cuélgalas en tu frente .Escríbelas en la puerta de tu casa y en los portones de tu ciudad.” Deuteronomio 6:6-9

Debemos educar a nuestros niños, y la mejor forma de educar y enseñar es con el ejemplo… dice la Palabra ¡en todo momento! Nada hacemos con enseñarle la palabra de Dios a cada momento del día, si nosotros como padres y madres no vivimos lo que predicamos. Asi que antes de pretender que nuestros hijos hagan lo que les enseñamos debo hacer un alto en mi camino y analizar mi conducta, ¿estoy realmente predicando con mi ejemplo?

Cuando se disciplina a un hijo se le están brindando las herramientas para la vida; a través de la misma se enseñan la perseverancia, la constancia, la voluntad y el respeto. Un pequeño que es criado con amor y disciplina, aprende a alcanzar sus metas, es un niño respetuoso y luchador, con una autoestima saludable y seguro de sí mismo.

Es necesario entender que como padres debemos poner límites claros y concisos, de esta forma nuestros niños comprenderán más lo que se le pide hacer, cuando lo hacemos de esta forma. Debemos hacerlo con firmeza pero con amor. 

La disciplina con amor los hará más conscientes de su valor

El niño que se valora a sí mismo y confía en su capacidad puede verse como una persona capaz de mejorar y ofrecer lo mejor de sí mismo a los demás.

Somos nosotros como padres los que tenemos la responsabilidad de hacer que nuestros niños sean niños seguros de sí mismos, disciplinándolos con amor y firmeza.

De la paternidad de Dios podemos aprender mucho respecto a nuestras obligaciones como padres. Así como él creó al hombre a su imagen y según su semejanza, del mismo modo nuestros hijos deben ser, no sólo objeto de nuestro amor, sino también un reflejo de nuestras aspiraciones hacia Dios.

La mejor forma de educar a nuestros niños es enséñales a amar a Dios y obedecer su Palabra.

A lo largo de toda esta enseñanza,  seguiremos estudiando pasajes de la Biblia, en los cuales la paternidad de Dios es tomada de ejemplo para los padres y madres naturales.

Éxodo 2:23-25 “muestra que Dios es sensible a los problemas de sus hijos.”

Éxodo 3:9-10 “Dios protege a sus hijos.”

Éxodo 6:5-8 y en 12:51 “Dios guarda sus promesas.”

Éxodo 16:13-15 “Dios provee para sus hijos. Dios se ha dado a sí mismo como ejemplo de Padre perfecto. Si hemos de entender nuestro papel y responsabilidades como padres, hemos de procurar comprender la naturaleza, atributos y obras de Dios.

Les invito amadas a seguir cada una de las enseñanzas bajo la Santa Palabra de Dios, de cómo cuidar y disciplinar a nuestros hijos.

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La bendigo en Cristo.

Ligia Esquivel 







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