martes, 8 de diciembre de 2015

Consejos para disciplinar a mis hijos con amor


Muchas madres no saben que decir cuando se trata de disciplinar a sus hijos. A menudo escucho madres decir que están inseguras de cuando ser estrictas y cuando ser suaves o indulgentes, sobre qué cosas ser más firmes, y cuales dejar pasar.

La disciplina es más que sentido común. Para muchas de nosotras, es una habilidad que necesita ser aprendida. Solo con mucho empeño, dedicación y sobre todo con la ayuda del precioso Espíritu Santo podremos aprender a disciplinar.

Disciplina viene de una palabra que significa enseñar, no castigar. Nuestra meta debe ser enseñarles a los niños la manera adecuada de comportarse, cómo mantenerse en control de ellos mismos y cómo mostrar respeto hacia los demás.

Estos días meditaba en la importancia de enseñarle al niño-a el comportamiento en la casa de Dios, he visto como muchas madres toman la decisión de ir poco a la iglesia porque sus niños no se comportan de forma adecuada y respetuosa. El dejar de congregarte mientras el niño crezca no es la opción correcta. Sé por experiencia propia lo difícil que es lograrlo, pero con una buena actitud, mucha paciencia y tolerancia se logra. Lo importante es que asumas el reto como madre de hacerlo y lograrlo.

Y es que para lograr disciplinar con amor debemos tener algunas pautas o consejos prácticos, que tomar en cuenta, y así lograr lo que tanto deseamos, niños educados y respetuosos que no nos avergüencen en público.

"La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre." Proverbios 29:15

Algunos consejos importantes serían:

1. Firmeza. Se debe ser consistente y firme cada día, no es posible que un día permitamos sientas conductas y otros días no, esto confunde mucho a los niños.

2. Claridad. Antes de poner una regla es importante explicarla claramente al niño-a, esto hace que estemos seguras que comprendió bien, lo que se pide de él o ella.

3. Rutinas claras. Es clave que existan horarios para cada momento del día, entre ellos, las comidas principales, la hora de ir a acostarse, de levantarse o de bañarse. Hoy por hoy se ha comprobado que durante el tiempo que los padres dejan de establecer rutinas, los niños se vuelven más nerviosos, tienen mayores inconvenientes para dormir y son de difícil manejo.

4. Reglas. Un hogar funciona adecuadamente cuando se le explica al niño lo qué se espera de él, qué es adecuado y qué no. No hay que tener muchas reglas pero tampoco muy pocas. Cuando no cumpla una regla, debe mostrársele que hizo algo inadecuado y que existen cosas que no se pueden aceptar. 

Todo comportamiento tiene consecuencias.

5. Hablar sólo lo necesario. No hay que amenazar, más bien advertir. La advertencia es un aviso de que algo va a pasar. Si el niño hace una cosa que los padres no aprueban, estos deben hacérselo saber. Nada de habladuría: menos palabras y más acciones.

6. Pataletas, ¡ignórenlas! No hay que asustarse. Sólo debe prestársele atención al niño cuando esté tranquilo. Mientras esto no suceda, no hay que mirarlo ni tocarlo. Puede decírsele: “En el momento en que te calmes, hablamos”.

7. Sea firme al decir no. Pues no es bueno ceder a complacerlos en cada uno de sus caprichos; es importante que aprendan que no siempre pueden hacer su voluntad o satisfacer  todo lo que se les ocurra

8. No abusar del NO. Los niños no entienden el mensaje sino la acción. Así mismo, cuando hagan algo positivo, es vital felicitarlos. Los pequeños necesitan mensajes de aprobación; es una manera de estimularlos.

9. Si usted necesita corregir a sus niños, no importa la edad, siempre hágalo en privado y con respeto. Recuerde que usted está enseñando a sus niños lo que usted quiere que ellos hagan. Sea firme y amable.

10. Es muy importante que todo lo que enseñes al niño-a debe ser respaldado por la Palabra de Dios, explicándole que Dios se agrada cada vez que hacemos algo de acuerdo a sus enseñanzas.


Nunca olvides que para tener un buen resultado en la disciplina de tus niños y niñas, la regla más importante que debemos aplicarnos a nosotras mismas, es predicar con nuestro ejemplo. No podemos pretender enseñar a nuestro hijo-a lo que nosotras no practicamos, por ejemplo si le decimos que no puede mentir porque es malo, pero nosotras mentimos esto hará que no quieran obedecer nuestras reglas. 

Para ser una buena madre, siempre debemos acudir a la palabra de Dios, es ahí donde encontraremos las pautas necesarias para la buena formación de nuestros hijos. Ora, nunca dejes de orar por tus hijos y por ti misma, solo Dios puede darnos la sabiduría necesaria para disciplinar con amor y ser madres de conforme al corazón de Dios.

Amadas hermanas y amigas,  les animo a dejar sus comentarios e ideas sobre este importante tema, sea aquí en el blog como también en la página de Facebook. Me gustaría saber si ha sido de bendición para su vida.

Las bendigo en el nombre de Jesús.

Ligia Esquivel.








miércoles, 2 de diciembre de 2015

Amor y disciplina

Educar con el ejemplo

Actualmente se cree que amar a los hijos es darles todo lo que necesitan y quieren, sin límite alguno para que no vayan a sufrir alguna decepción o frustración. La verdad es que cuando no se les ponen límites a los hijos, lo que se crea son niños débiles de carácter y dependientes, o bien, pequeños malcriados y mandones.

“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6

La disciplina es una forma de amor y es necesaria en la vida para poder alcanzar metas. Los niños que son criados de esta forma aprenden a ser tolerantes a la frustración, desarrollan fortaleza de carácter y la capacidad de ser independientes y seguros de sí mismos.

Hay una responsabilidad primordial en ser padre. Esta responsabilidad empieza con entender que los niños son preciosos en la vista del Señor, y Dios nos presta estas criaturas por un rato para ver qué hacemos con ellos.

Muchas veces  nosotros como padres tratamos de proteger a los hijos no poniendo límites. Los niños deben aprender que cuando hacen algo incorrecto, habrá consecuencias negativas y de esta forma aprenden a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. 


Es importante estar conscientes de que el disciplinar a un hijo no es gritarle o abusar de él físicamente. La disciplina va de la mano con el amor y el respeto. Dicho amor nunca debe ser condicionado por una conducta indeseada. Esto puede crear en el pequeño una profunda inseguridad y un fuerte sentimiento de rechazo. Es de aquí que muchos niños pueden sufrir, serios traumas y empezar con conductas de nerviosismo y tics nerviosos, como comersen las uñas e inclusive desarrollar conductas compulsivas.

“Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado, y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes.  Escríbelas en tiras de cuero y átalas a tu brazo, y cuélgalas en tu frente .Escríbelas en la puerta de tu casa y en los portones de tu ciudad.” Deuteronomio 6:6-9

Debemos educar a nuestros niños, y la mejor forma de educar y enseñar es con el ejemplo… dice la Palabra ¡en todo momento! Nada hacemos con enseñarle la palabra de Dios a cada momento del día, si nosotros como padres y madres no vivimos lo que predicamos. Asi que antes de pretender que nuestros hijos hagan lo que les enseñamos debo hacer un alto en mi camino y analizar mi conducta, ¿estoy realmente predicando con mi ejemplo?

Cuando se disciplina a un hijo se le están brindando las herramientas para la vida; a través de la misma se enseñan la perseverancia, la constancia, la voluntad y el respeto. Un pequeño que es criado con amor y disciplina, aprende a alcanzar sus metas, es un niño respetuoso y luchador, con una autoestima saludable y seguro de sí mismo.

Es necesario entender que como padres debemos poner límites claros y concisos, de esta forma nuestros niños comprenderán más lo que se le pide hacer, cuando lo hacemos de esta forma. Debemos hacerlo con firmeza pero con amor. 

La disciplina con amor los hará más conscientes de su valor

El niño que se valora a sí mismo y confía en su capacidad puede verse como una persona capaz de mejorar y ofrecer lo mejor de sí mismo a los demás.

Somos nosotros como padres los que tenemos la responsabilidad de hacer que nuestros niños sean niños seguros de sí mismos, disciplinándolos con amor y firmeza.

De la paternidad de Dios podemos aprender mucho respecto a nuestras obligaciones como padres. Así como él creó al hombre a su imagen y según su semejanza, del mismo modo nuestros hijos deben ser, no sólo objeto de nuestro amor, sino también un reflejo de nuestras aspiraciones hacia Dios.

La mejor forma de educar a nuestros niños es enséñales a amar a Dios y obedecer su Palabra.

A lo largo de toda esta enseñanza,  seguiremos estudiando pasajes de la Biblia, en los cuales la paternidad de Dios es tomada de ejemplo para los padres y madres naturales.

Éxodo 2:23-25 “muestra que Dios es sensible a los problemas de sus hijos.”

Éxodo 3:9-10 “Dios protege a sus hijos.”

Éxodo 6:5-8 y en 12:51 “Dios guarda sus promesas.”

Éxodo 16:13-15 “Dios provee para sus hijos. Dios se ha dado a sí mismo como ejemplo de Padre perfecto. Si hemos de entender nuestro papel y responsabilidades como padres, hemos de procurar comprender la naturaleza, atributos y obras de Dios.

Les invito amadas a seguir cada una de las enseñanzas bajo la Santa Palabra de Dios, de cómo cuidar y disciplinar a nuestros hijos.

También les animo a dejar sus comentarios e ideas sobre este importante tema, sea aquí en el blog como también en la página de Facebook.

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La bendigo en Cristo.

Ligia Esquivel 







martes, 1 de diciembre de 2015

Amor y disciplina


Hola mis amadas hermanas y amigas,  estos días Dios ha estado poniendo muy profundo en mi corazón la importancia del cuidado y la disciplina de nuestros hijos.

Y es que como bien sabemos, cuando nuestros niños nacen, no traen ningún folleto de instrucción, aprendemos a ser padres en la práctica, la experiencia la adquirimos por prueba y error.

Muchas de nosotras hemos tenido y tenemos tanto temor de ser madres, de cómo cuidar, criar, enseñar y disciplinar a nuestros hijos. Pero la única forma para poder llevar acabo esta importantísima tarea es tomarnos de la mano de Dios y guiarnos con su Santa Palabra y su precioso Espíritu Santo.

La palabra de Dios contiene tantos versículos acerca del cuidado, corrección y disciplina de los niños. Y es que cualquier madre sabe lo difíciles que algunas veces pueden ser nuestros niños. Hacen rabietas, responden cuando les hablamos, manipulan, gritan y hasta se tiran al suelo a dar patadas. ¡Sé que muchas se identifican conmigo en este punto!

Y es que muchas de nosotras fuimos educadas por medio de vara y corrección, y es ahí el problema, estamos en un tiempo donde hay un choque en lo que nos enseñaron, y en lo que actualmente enseñan los psicólogos y educadores… Es más hay países donde sí se golpea a un niño aunque sea por corrección y disciplina es un delito.

Que importante tarea y responsabilidad se nos fue entregada al nacer nuestros hijos. Dios quiere que seamos padres y madres dependientes de su Santa Presencia, para así darnos la sabiduría necesaria para educarlos con amor y disciplina.

Dice la Biblia que:

“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.” Salmo 127:3

Los hijos son tan importantes para el Señor, que nos dice que son su herencia y su bendición, para nosotros, nuestra obligación es cuidarlos y educarlos de la forma correcta para así que lleguen a ser adultos responsables, seguros y hombres y mujeres de bien.

Los niños son tan preciados para el Señor, que en una oportunidad llevaron varios niños a Jesús para que orara por ellos, y Él los recibió con tanto amor y cariño, y más bien reprendió a sus discípulos por querer impedirles que se le acercaran. Les impuso manos (oró por ellos) veamos el pasaje…

“Algunas madres llevaron a sus niños para que Jesús pusiera sus manos sobre ellos y orara. Pero los discípulos las regañaron. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan; porque el reino de Dios es de los que son como ellos.» Jesús puso su mano sobre la cabeza de cada uno de los niños, y luego se fue de aquel lugar.” Mateo 19:13-15

La Biblia nos habla tanto de la disciplina amorosa…veamos solo algunos versículos:

“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.” Salmo 103:13 

“Si Ustedes siendo malos saben darles buenas dádivas a sus hijos.” Mateo 7:11 

“Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.” Isaías 66:13 

“Ustedes padres no provoquen a ira a sus hijos sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Proverbios 3:12 

“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijo.” 
Proverbios 3:12 

“Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” Proverbios 3:12 

“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” Proverbios 20:30 

“Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza.” Proverbios 20:30 

“El castigo purifica el corazón.” Proverbios 20:30 

“La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige.” Proverbios 29:15 

“La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.” Proverbios 29:15 

La vara del pastor en ese tiempo se usaba para guiar no para castigar.

La corrección puede controlar la disciplina en una primera etapa del niño pero no suficiente para cuando el niño madura.

El exceso de corrección produce falta de confianza en sí mismo y un alto grado de inseguridad en los niños.

Toda disciplina debe estar basada en el amor y el respeto. Pero debe haber un equilibrio muy importante en nuestra forma de crianza. Muchas personas asocian disciplina con golpes y gritos, eso no es disciplina, eso es agresión.

Personalmente creo que la violencia produce más violencia…

Les invito amadas a seguir toda esta semana cada una de las enseñanzas bajo la Santa Palabra de Dios, de como cuidar y disciplinar a nuestros hijos.

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Ligia Esquivel

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Orar conforme a la voluntad de Dios


Hace unos días atrás mientras hacía mis tareas diarias vino a mi mente  la pregunta… ¿Están mis oraciones siendo conforme a la voluntad del Señor?

Y es que la aspiración más alta de todo ser humano debe ser darle gloria a Dios y esto incluye orar de acuerdo a Su voluntad. Pero nosotras como ser humanos muchas veces no sabemos cómo hacerlo, y lo hacemos de forma desordenada y sin saber realmente si son voluntad de Dios recibirlas.

Por eso es muy importante cada día pedir al Padre por sabiduría, para así ser sabias a la hora de orar por nuestras peticiones y necesidades, veamos…

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.” Santiago 1:5-6

Así que orar de acuerdo a la voluntad de Dios, incluye pedir sabiduría (para conocer la voluntad de Dios) y pedir con fe (para confiar en la voluntad de Dios).

Veamos lo que nos enseña su Palabra…

“Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.” 1 Juan 5:14

Pero ¿Qué significa orar conforme a la voluntad de Dios?

Es cuando pasa de nuestro corazón al corazón del Señor Jesús, y él cual único intermediario, se identifica y apropia de nuestros ruegos, para presentarlos delante del trono de la gracia de Dios. Es pedir lo que el Señor Jesús pediría si estuviera en nuestra situación.

Existen varias condiciones para una oración eficaz. Veamos…

“Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” 1 Juan 3:22

Y es que siempre nos han enseñado solamente la parte fácil y agradable, nos citan únicamente lo siguiente:

"Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis". Mateo 21:22

Convirtiendo la oración en una promesa con respuesta inmediata y positiva, pero eso no es lo que enseña la Palabra de Dios. Vemos que el Señor dice mucho más que eso. Porque para poder recibir lo que pedimos debemos guardar sus mandamientos y hacer las cosas que son agradables a Él.

Algunas instrucciones bíblicas que nos guiarán para orar de acuerdo a la voluntad de Dios son:

-Orar por lo que la Biblia manda que oremos. Se nos dice que oremos por nuestros enemigos (Mateo 5:44); para que no entremos en tentación (Mateo 26:41); para aliviar la aflicción (Santiago 5:13); y por la salud de hermanos creyentes (Santiago 5:16). Donde Dios ordena la oración, podemos orar con la confianza de que estamos haciendo Su voluntad. 

-Sigue el ejemplo de personas piadosas en la Escritura. David oraba por misericordia y perdón cuando pecó, (Salmos 51:1-2). La iglesia primitiva oraba por valor para testificar (Hechos 4:29). Estas oraciones estaban de acuerdo a la voluntad de Dios, y en la actualidad se pueden hacer oraciones similares. Así como Pablo y la iglesia primitiva, nosotros deberíamos estar orando siempre por la salvación de otros, tanto por los que conocemos (seres queridos que aún no conocen a Cristo) como por los que no conocemos, especialmente por aquellos en autoridad sobre nosotros. Por nosotras mismas, debemos orar como lo hizo David, siempre conscientes de nuestros pecados y trayéndolos ante Dios antes que obstruyan nuestra relación con Él y frustren nuestras oraciones.

-Ora con la motivación correcta. Los motivos egoístas no serán bendecidos por Dios. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Santiago 4:3). También debemos orar, no para que nuestras elevadas palabras puedan ser oídas y podamos ser vistas por otros como “espirituales,” sino mayormente en privado, en secreto, para que nuestro Padre celestial que escuchará en lo privado, nos recompense en público (Mateo 6:5-6).

-Ora con un espíritu de perdón hacia otros (Marcos 11:25). Un espíritu de amargura, enojo, de venganza u odio hacia otros, evitará que nuestros corazones oren en total sumisión a Dios.
 

Ora con acción de gracias (Colosenses 4:2; Filipenses 4:6-7). Siempre podemos encontrar algo por qué estar agradecidas, sin importar cuán cargadas estemos por nuestras circunstancias o necesidades. Aun la persona que más sufra, tiene motivos para estar agradecida a Dios.

-Ora persistentemente (Lucas 18:1;
 1 Tesalonicenses 5:17). Debemos perseverar en la oración y no renunciar ni desanimarnos porque no hayamos recibido una respuesta inmediata. Parte de orar en la voluntad de Dios, es creer, que sin importar su respuesta, aceptemos Su decisión, nos sujetemos a Su voluntad, y continuemos orando. 

-Depender del Espíritu de Dios en la oración. Esta es una verdad maravillosa: “Y de igual manera El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” (Romanos 8:26-27). Tenemos la ayuda del Espíritu en la oración. En tiempos de nuestra más profunda depresión o pena, esos tiempos cuando sentimos que “simplemente no podemos orar,” tenemos el consuelo de saber que Dios Mismo, en la Persona del Espíritu Santo, ¡está realmente orando a Sí Mismo por nosotros! ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos!

¡Qué seguridad podemos tener, cuando buscamos andar en el Espíritu y no en la carne! Entonces podemos tener la confianza de que el Espíritu Santo realizará Su trabajo al presentar nuestras oraciones al Padre de acuerdo a Su perfecta voluntad y tiempo, y nosotros podemos descansar en la certeza de que Él está trabajando en todas las cosas para bien (Romanos 8:28).

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Ligia Esquivel







Mi declaración de fe

Creo que el poder transformador del evangelio de Cristo (revelado en las Escrituras) es el único medio por el cual Dios regenera, salva y transforma al pecador.

Las Santas Escrituras

Creo que la Biblia es la Palabra inspirada, infalible, y autoritativa de Dios, por fe sostengo que la Palabra de Dios es inerrante en sus escritos originales, suficiente, segura e infalible regla de fe y obediencia salvadora del creyente, sus verdades son absolutas y eternas.

(Mateo 5:18; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:21)

Dios y la Santa Trinidad

Creo en un solo Dios, quien es eterno e inmortal, el Creador y soberano de todo el universo, infinito, omnisciente, omnipresente, omnipotente, e inmutable, Dios santo, justo, compasivo, amor, misericordioso, y bondadoso, el cual subsiste eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo cada una de las cuales posee por igual todos los atributos de la deidad y las características de la personalidad.

(Deuteronomio 6:4; Colosenses 1:16) (2 Corintios 13:14) (Salmo 90:2) (1 Timoteo 1:17), (Salmo 93:1) (Salmo 139:1-6) (Juan 10:30) (1 Pedro 1:3) (Efesios 2:8) (Salmo 139:7-13) (Isaías 6:3), (Apocalipsis 19:6) (Malaquías 3:6) (Deuteronomio 32:4) (Romanos 8:28) (Éxodo 9:27). (1 Juan 4:8) (1 Timoteo 2:5) (Salmos 90:2) (Mateo 28:19)

Jesucristo

Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios, la segunda persona de la trinidad, el cual es preexistente, coigual y coeterno con el Padre.

(Mateo 1:21; Juan 1:1, 2; Colosenses 1:15).

Creo que Jesús, el Dios unigénito fue concebido por obra del Espíritu Santo, naciendo de la virgen María a fin de revelar a Dios Su Padre y proveer los medios de salvación para redimir a todo aquel que se arrepiente y cree en él, Jesucristo llegó a ser plenamente hombre, sin dejar de ser plenamente Dios.

Mateo 1.20; Lucas 1:35; Juan 1:14,18; Juan 3:16-17;

Creo en su vida perfecta y sin pecado, quien vivió plenamente cumpliendo y obedeciendo la Ley de Dios perfectamente, creo en su muerte expiatoria, sepultura, resurrección y ascensión al cielo, quien ahora esta exaltado a la diestra de Dios, como nuestro Supremo gran sumo Sacerdote y Rey, cumpliendo su ministerio de Representante, Intercesor y abogado a favor nuestro.

(Lucas 2:40; II Corintios 5:21; Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22-23; Romanos 5:6-8; Hechos 1:9-11; Hebreos 9:24; Hebreos 7:25; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1-2)

Creo que el sacrificio de Cristo es suficiente para todos, pero eficaz solo en aquellos que creen en él y en su obra sustituta y expiatoria hecha en la cruz del calvario para la redención de sus almas, creo en Jesucristo como único y suficiente Salvador, cumplió nuestra redención por medio de su vida y muerte en la cruz como sacrificio vivo, representante y substituto; y que nuestra salvación, justificación y redención están aseguradas por su resurrección de entre los muertos, la cual fue literal y corporal.

(Juan 1:29; Romanos 3:24-25; Romanos 10:9-10; 2 Corintios 15:1-4; 1 Corintios 1:30-31; 1 Corintios 15:12-22)

El hombre y su Caída

Creo que el hombre fue creado por Dios, a su imagen y semejanza, lo que implica que es un ser moral, el cual posee intelecto, emociones y voluntad, fue creado por Dios sin pecado, con la capacidad de escoger entre el bien y el mal, pero pecó por decisión propia, distorsionando la imagen de Dios y esclavizando su voluntad y la de su descendencia al pecado. Por tanto, él está destinado a la condenación eterna a menos que sea regenerado por el Espíritu Santo.

(Génesis 1:27), (2 Timoteo 2:25-26; Romanos 8:6-7; Romanos 7:14; Juan 8:34,36)

La Salvación

Creo que la salvación es un regalo de Dios, el cual se obtiene solamente por gracia mediante la fe en Jesucristo, la salvación es de Dios de principio a fin.

Dios Padre, escogió incondicionalmente a los que han de ser salvos por la fe en Cristo,

Dios Hijo los redime del pecado y de la condenación para otorgarles la vida eterna y;

Dios Espíritu santo les imparte una nueva vida espiritual (regeneración).

Creo que aunque la salvación es una decisión soberana de Dios antes de la fundación del mundo, la Palabra de Dios nos enseña que el hombre es responsable ante él de arrepentirse y poner su fe en Jesús para la salvación de su alma, de manera que es inexcusable delante de Dios.

Creo que aunque no somos salvos por obras, si somos salvos para buenas obras.

Creo que por la naturaleza del sacrificio de Cristo en ser eficaz, suficiente y perfecto, todos aquellos que verdaderamente se han arrepentido y han puesto su fe en Cristo como su Señor y Salvador están eternamente seguros en la salvación, guardados por el poder de Dios, seguros y sellados en Cristo para siempre.

(Efesios 1:4-6; Efesios 2:8-10; (Juan 6:37-40; 10:27-30; Romanos 8:1, 38-39; Efesios 1:13-14; 1 Pedro 1:5; Judas 24).

La Iglesia

Creo que la Iglesia es la comunidad de fe que confiesa a Jesucristo como Señor y Salvador, esta Iglesia es el templo del Dios viviente, el cuerpo de Cristo y su esposa, está compuesta por aquellos que han aceptado su sacrificio redentor por la fe en Cristo, han sido lavados en su sangre, han sido regenerados y han sido adoptados como hijos de Dios.

Creo que la Iglesia ha sido llamada a ser santa y sin mancha; y a esta Iglesia se la ha dado la responsabilidad de proclamar la obra de la redención y de dar a conocer el evangelio de Cristo.

Creo que Cristo instituyó las ordenanzas del Bautismo y la santa Cena para que fuesen celebradas por los creyentes solemnemente como un recordatorio de lo que Él hizo por nosotros en el calvario, el bautismo de los creyentes en agua es por inmersión y es un símbolo de nuestra identificación con Cristo en su muerte y resurrección, la Cena del Señor es un recordatorio de la muerte de Cristo y el derramamiento de Su sangre, el cual Él derramó para rescatarnos de la condenación eterna.

(Mateo 28:19-20; Hechos 2:41-42; 18:8; 1 Corintios 11:23-26). (Lucas 22:19-20;)

El Futuro                                                               

Creo en la venida personal e inminente del Señor Jesucristo para arrebatar a Sus santos e inaugurar el Reino donde él reinará con ellos, mientras tanto los creyentes deben esperar a su Señor y Salvador viviendo sus vidas de tal manera que den gloria a Dios a través de Jesucristo. La iglesia debe ocuparse en el trabajo de la predicación del evangelio y del discipulado, proclamando el Evangelio de Cristo para salvar y transformar vidas.

(Lucas 1:32-33). (1 Tesalonicenses 4:17-18);


sábado, 21 de noviembre de 2015

Falsas Apariencias



Un día de estos, en mi devocional diario con mi Señor, el Espíritu Santo trajo este versículo a mi mente y a mi corazón. Y pude comenzar un tiempo de meditación sobre como Dios nos mira y nos conoce. Y es ahí donde no puedo parar de alabarlo y bendecirlo, porque Él de verdad así como dice la palabra, “Dios no puede ser burlado”… Él nos mira realmente como somos, a Él no podemos engañarlo ni ocultarle nada.

Dios no se deja llevar por nuestra apariencia externa. Es lo que hay en nuestro interior lo que a Él le importa. La Escritura nos dice que nuestra belleza no debe proceder del adorno externo, tales como peinados ostentosos y el uso de joyas de oro o vestidos lujosos que llaman la atención sobre nosotros. (Aunque es bueno cuidarnos y arreglarnos)… Pero más importante debe ser,  la belleza inmarcesible de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. (1 Pedro 3:3-4) 

Muy a menudo nos fijamos en lo que podemos ver en el exterior – belleza, talento, fama, entre otros, pero Dios ve directamente al corazón – los motivos, las intenciones y el carácter. 

Por desgracia, vivimos en un mundo superficial donde la gente juzga por la apariencia. Me gustaría decir que esto es algo que no hacemos y que miramos más allá de lo que está en el exterior, pero prácticamente todas estamos influenciadas por la apariencia.

Hay un viejo dicho que dice ‘no juzgues un libro por su cubierta.’ Su significado es simple, la apariencia de una persona, o bien sus atributos físicos o ropa, no son indicación de su interior. Tenemos que tener mucho cuidado porque la apariencia externa puede ser muy engañosa. Hay gente en este mundo que muchos consideran hermosos por fuera, pero su interior no coincide con su belleza exterior. “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura, pero la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” (Proverbios 31:30) 

Jesús les dijo a los maestros de la ley y fariseos: “¡Hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.” (Mateo 23:27-28) 

Hay momentos en que no damos la oportunidad a una persona y la juzgamos por nuestra primera impresión al conocerla. Y es que tenemos que darnos cuenta que las primeras impresiones y apariencias rara vez nos dicen mucho sobre esa persona, así que debemos darle algún tiempo para realmente ver lo que está en su corazón antes de tomar una opinión definitiva.

Un verdadero hijo o hija de Dios reflejará un espíritu humilde, amor por Dios y por los demás, así como la alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5:22-23).

Y muchas me dirán. “Hermana pero esto no se vive en la iglesia” Perdón, pero tenemos que ser sinceras y realistas, la iglesia hoy en día es donde más se vive de apariencias, y no solo de apariencias externas, sino muchas veces de apariencias de piedad y de santidad que Dios sabe que son un engaño. Y esto es una realidad que está causando mucho daño dentro de la comunidad cristiana. La verdadera vida cristiana para muchas es aparentar lo que no son delante de los demás, haciendo ver que tienen un conjunto de características que realmente no tienen. Pero estas se equivocan porque es "imposible engañar a Dios", Él sabe lo que realmente hay dentro de nuestro corazón. Definitivamente “No nos engañemos, Dios no puede ser burlado”.

Debemos someternos a un examen espiritual para ver si nuestros corazones están limpios del pecado de la hipocresía y el engaño.

Muchas se esfuerzan por mantener una imagen delante de los demás, pero no se esfuerzan por mantener una "verdadera imagen delante de Dios", ya que Dios las conoce como realmente son.

Debemos orar a Dios como lo hizo David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmo 139:23-24”.

A esta hora las animo mis amadas hermanas y amigas, a que te detengas un minuto y comiences un auto-examen, donde le permitas al Espíritu Santo que pueda mostrarte lo que realmente está en tu corazón, y que comiences así un proceso de arrepentimiento y restauración en esta área de tu vida.

Oración: Amado Padre Celestial, te pido en el poderoso nombre de Jesús; que me muestres como soy realmente en el interior. Señor, a esta hora te pido perdón, y renuncio a toda apariencia equivocada, queriendo aparentar lo que no soy, queriendo con esto quedar bien ante las demás personas. Me rindo a ti Precioso Espíritu Santo y te pido que comiences a quitar de mí todo lo que no te guste, transforma Señor mi vida, mi mente y mi corazón, y que desde hoy comience con un deseo auténtico de agradarte a Ti, con mi forma de vivir y de actuar, todo esto te lo pido en el poderoso nombre de Jesús. Amén y Amén.

Les invito queridas hermanas y amigas en Cristo, a dejar sus comentarios o pensamientos, sea aquí en el blog como también en la página de Facebook. Y también las animo a que se suscriban al blog, para que así no se pierdan ningún tema importante que podamos desarrollar para tu vida, y de esta forma, cada artículo les llegue a su correo personal.

La bendigo y las amo en amor de Cristo.

Ligia Esquivel.



viernes, 6 de noviembre de 2015

Reorganizando Prioridades



No sé si a ti te pasa o a pasado como a mí, pero muchas veces que comienzo algún proyecto trabajo o actividad, lo comienzo con muchas ganas y mucha motivación, pero al pasar el tiempo muchas veces al venir problemas, mucho trabajo o simplemente al estar muy ocupada, voy delegando aquello que comencé, y simplemente llaga un punto donde ya no disfruto hacerlo, y es en este punto donde lo he dejado botado.

No sé si esto me ha ocurrido solo a mí, o también te ha pasado a ti. El caso es, que un día de estos hablando con una amiga, me hizo ver lo mal que estaba en este asunto, pues claro uno puede hasta pensar que estoy súper bien porque estoy en Cristo, pero muchas veces no es así. La vida cristiana es un renovarse cada día, donde cada experiencia vivida es una escuela, donde muchas veces no nos sirven de nada nuestras buenas intenciones, pues a pesar de ellas muchas veces al final de cuentas fallamos.

Y es que en estos tiempos donde hay tanto que hacer, trabajo, casa, familia, estudio, iglesia, recreación, amistades. Y es que todas hemos dicho u oído en alguna ocasión frases como las siguientes: “No tengo tiempo”, “El tiempo no me alcanza para nada”, “Nunca termino de hacer las cosas que necesito hacer”, “Quisiera que el día tuviera más de 24 horas”. Y es que muchas veces no nos queda tiempo ni para disfrutar un momento a solas y tranquilas… -¿Te pasa a ti? Pues a mí sí me ha pasado…y es por eso que he sacado un tiempo para organizar mis prioridades…Leamos lo que dice la palabra…


“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”, Ef. 5:15-16


El problema real NO es la falta de tiempo o el hecho de que el día sólo tenga 24 horas, de las cuales algunas debemos destinar para dormir y descansar. El problema real es una falta de ORGANIZACIÓN y DISCIPLINA.

La Palabra de Dios nos  ayuda y nos exhorta a que aprovechemos el tiempo sabiamente, pero para poder hacerlo debemos contar con algunas estrategias prácticas que nos ayuden a desarrollar una disciplina en cuanto al orden. 

Algunas sugerencias importantes (para mí lo son) serían:

1-   Establezca PRIORIDADES (Luc. 14:25 – 33): debemos tomarnos un tiempo para elaborar una lista con todas las actividades que realizamos o debemos realizar a diario y después enumerarlas en orden de importancia o prioridad. Una frase que nos puede ayudar mucho a ser verdaderamente selectivas es ordenar las prioridades tomando en cuenta PRIMERO LO PRIMERO.

“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” Lucas 14:28

2-   ANOTAR las prioridades: una vez seleccionadas en orden de importancia, debemos escribirlas para darles el seguimiento debido, manteniendo la lista en un lugar estratégico, a la vista.

“Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón.” Proverbios 3:3

“Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.” Proverbios 7:3

En mi caso cuando me senté a organizar mis prioridades, tuve que decidir en quitar algunas cosas que hacia durante el día que me robaban el tiempo, estas cosas eran cosas sencillas y no eran malas, bueno a los ojos de todo el mundo no lo son, pero si quitan mi tiempo no son buenas para mí.

Déjame preguntarte: ¿Cuáles son las prioridades en tu vida, mi querida amiga y hermana? Yo no sé cuáles son las tuyas, pero me gustaría compartirte aquí las mías en el orden de importancia.

MI ORDEN DE PRIORIDADES

Mi Relación con Dios: Par mí este es la prioridad número uno, ¿Podrías arreglártelas de vivir sin la persona que tanto amas? Yo no sé cómo será contigo, pero si yo no sacó un tiempo durante el día para estar con mi Señor, es que algo anda muy mal conmigo. Mi amado Padre Celestial representa hoy para mí, y quiero que lo siga siendo por siempre, mi primer y más grande Amor!!!

Mi  Familia: Amar a mis hijos, nietos, nutrirlos de cuidado y cariño, orar por ellos cada día, suplir sus necesidades básicas, espirituales y afectivas son mi prioridad.
Mi Profesión: Ser responsable, proactiva y eficiente en mi trabajo y cumplir con lo que se espera de mis productos y servicios. Destacarme en mi área, es prioridad para mí.

Mi relación con los demás: Establecer relaciones duraderas y fructíferas. Tanto en mi trabajo con mis clientes,  como también con la gente con quien interactuó sean estas, hermanos en Cristo o solo amigos o conocidos. Para todos ellos he querido trasmitirles lo que Dios hace y ha hecho conmigo. Esto es prioritario en mi vida.

Mi Servicio y Ministerio: Servir a Dios sirviendo a los demás. Antes mi servicio a los demás (Aquí en el blog o la página de Facebook, como también en mi iglesia) ocupaba el lugar más importante en mi escala de prioridades. Tenía la actitud trabajetas de Marta y no la de un adorador como María. Hubo momentos en que mi servicio a Dios era mucho más importante que mi relación con Dios mismo. Hoy entendí que los 4 primeros aspectos en mi escala de prioridades también son mi ministerio y mi misión de vida. La Palabra de Dios dice: ¡Haced todo para la gloria de Dios! Y es que glorificar a Dios dándole un buen testimonio a mi familia y en mi trabajo tiene que ser mi prioridad.

Mi desarrollo personal: quiero crecer en sabiduría y en conocimiento primeramente de la Palalabra de Dios y luego de todo lo demás, para así poder servir mejor a los demás. Sino invierto cada día en mi superación, mi tendencia a vivir en la mediocridad será más fuerte. Todos los días quiero vivir con la expectativa de aprender algo nuevo. Que aburrida debe ser la vida para aquel que piensa que no necesita aprender más nada.

Mí cuidado personal: Tengo dificultades en equilibrar esta prioridad, lo confieso. Es que si yo no estoy bien de salud, si no ordeno mis cosas, si no controlo mis finanzas, si soy negligente en administrar mis bienes, todo lo demás se verá afectado en forma negativa. He decidido comenzar a cuidar mi salud de una forma óptima y el primer paso para lograrlo es visitando mi médico para exámenes de rutina, (hace mucho que no lo hago)  Aprendí gracias a la ayuda de mi amiga (Ella sabe quién es) que Mi vida debe estar en primer lugar y que debo darle una prioridad importante para poder realizar con prontitud las metas que me propuse.

Espero en Dios que este post te pueda ayudar hacer un alto en tu caminar diario, y así reorganizar tus prioridades, así como ha pasado conmigo. Ya que la planificación cuidadosa y el equilibrio de actividades en nuestra agenda diaria, enfocadas a estas prioridades traerán  beneficio y recompensa de muchas realizaciones y conquistas espirituales y personales.

Les invito queridas hermanas y amigas en Cristo, a dejar sus comentarios o pensamientos, sea aquí en el blog como también en la página de Facebook.

La bendigo en Cristo.


Ligia Esquivel.