miércoles, 3 de junio de 2015

Llamadas a Amar

Hola queridas amigas, hoy quiero compartirles un tema que a mí en particular me gusta muchísimo.

Voy hablarles sobre el amor, pero voy a enfocarlo de una forma diferente a como estamos acostumbradas a escucharlo. Ya que por lo general estamos acostumbradas a escuchar sobre el amor eros, que es el amor romántico.

Y es que nosotras como hijas de Dios somos  llamadas, a dar amor; dice la Santa Palabra de Dios que:

1 Juan 4:7-8

“Amados,  amémonos unos a otros;  porque el amor es de Dios.  Todo aquel que ama,  es nacido de Dios,  y conoce a Dios. El que no ama,  no ha conocido a Dios;  porque Dios es amor.”


Y así como Dios es amor, y nosotras somos sus hijas, pues entonces nosotras debemos amar siempre. Pero amar ¿cómo y a quién? A nuestro Prójimo y a todos los seres humanos que nos rodean, y más especialmente amarnos  entre nosotras mismas. Ya que, la mayoría de las veces entre nosotras es donde se encuentran más envidias y rencores.

La Biblia dice que Dios es amor. Esto nos enseña que el amor no es solo un atributo de Dios; sino su misma esencia.

Al escudriñar este pasaje que leímos,  podemos notar que para amar, necesitamos cumplir dos condiciones.

1.Nacer de Dios, y 2. conocer a Dios. Muchas han nacido de Dios, pero no conocen a Dios como Padre. Han recibido el milagro de su perdón, pero no han buscado al autor de su milagro para conocerle y adorarle, con todo su corazón. Cuando no se conoce a Dios, no se puede amar. Porque un corazón que desconoce a su Padre, se porta malagradecido, inseguro y desconfiado. La Biblia nos enseña que Dios es Amor y el que vive en amor, vive en Dios y Dios vive en él. Esto quiere decir que el amor no es teoría; es una vivencia de todos los días. Entre más se conoce a Dios, más se ama; y entre más se ama, más se conoce a Dios. Esto nos llena de la más plena vivencia, con nuestro Padre Celestial.

También es necesario saber que amar implica dar. El verdadero amor, no consiste en palabras solamente, ni en solo intenciones. El amor ágape que es el amor puro y santo que viene de Dios; implica dar con sacrificio. El Señor lo probó al mostrar su amor para con nosotros, porque dio de su Hijo unigénito para que muriera por nosotros, para que nosotros vivamos por él.

Y es que este amor, debe ser un amor puro, sin orgullos ni segundas intenciones, un amor donde podamos dar y todavía más importante DARNOS, a nuestro prójimo. Pues muchas veces el dar algo material no es tan importante, ni conlleva tanto sacrificio como dar nuestro tiempo, nuestro apoyo y comprensión. Un abrazo una palabra de aliento o simplemente poder escuchar a alguien cuando lo necesite. Eso si, muy importante, sin juzgar.

Y es que al final de todo, es que debemos preguntarnos: ¿Estamos AMANDO a Dios y a nuestro prójimo? 

Hermanas, es bien importante que nos amemos entre nosotras, perdonándonos unas a otras, y soportándonos unas a otras, pues de nada nos sirve decir amar a Dios, si no nos amamos. Pues  para que las promesas de nuestro Padre,  vengan  a nosotras y vivamos en paz, amor, gozo conforme a la voluntad de Dios para nuestra vida, debemos cumplir este mandamiento tan importante.

Encontré esta bella reflexión y quise compartirla, para que meditemos, en lo que es realmente importante:

Reflexión: ¿De qué color es Dios?

¿De qué color es Dios?,
preguntó el niño de piel clara.
¿Es blanco como yo,
son sus cabellos dorados como el sol?

¿Es Dios moreno como yo?
preguntó el niño de piel con matiz bronceado.
¿Tiene el cabello oscuro y rizado,
son sus ojos negros o azulados?

Pienso que Dios es piel roja como yo,
se escucha decir al niño indio.
Lleva una corona de plumas,
y transforma en día nuestras noches umbrías.

Todos sabemos que allí está Dios,
en todos los colores mencionados.
Pero ten esto por seguro: el único color de nuestro Creador,
es el hermoso color del amor.

Así que cuando tu alma vaya al cielo,
cuando tu vida llegue a su final,
Él estará esperando y hacia ti
su mano extenderá.

No habrá colores en el cielo,
todos seremos iguales.
Sólo serás juzgado por tus actos terrenales,
allí ni tu raza ni tu nombre serán importantes.

Así que cuando llegue, tu hora
y admires a Dios arriba en su reino,
verás el único color que en realidad tiene valor,
y es el hermoso color del amor.
Arnold Sparky Watts

Fuente: Sopa de Pollo para el Alma del Cristiano.  Jack Canfield


OREMOS:
Padre, te amamos, te honramos, te alabamos, te damos gracias, por haber enviado a tu Hijo, para pagar por nuestros pecados, gracias por tu AMOR y misericordia, porque nos amaste primero, sin merecerlo, te pedimos perdón si no hemos amado a nuestros hermanos y hermanas como nos mandas, ni a ti o Padre Santo, derrama de tu amor sobre nuestro esposo, hijos, nietos, familias, para que amemos como nos has amado, ayúdanos en nuestras debilidades, te lo pedimos en el nombre de JESÚS, para tu gloria y honra, Amén.




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