martes, 18 de agosto de 2015

Dejando el pasado atrás


¡Amigas! No empezaré diciendo exclamativamente que hay que dejar el pasado atrás, no es un tema de solo decirlo, muchos lo hacen como si fuera fácil, pues no lo es y menos cuando hay cosas que han dolido, etapas difíciles de asimilar, recuerdos de lo que pudo ser y no fue y hasta frustraciones por lo que vivimos hoy.

Es normal que la culpa nos ataque si nuestro pasado es el resultado de malas decisiones que tomamos.

No falta la persona que dice “Yo te lo dije o te lo decía” 

Pero sabes, todas esas cosas ocurren cuando tú y yo, seguimos dejando la puerta que conduce al ayer abierta.

Cuando seguimos aferradas o amarradas al ayer, cuando los pensamientos y el dolor de heridas que aparentan sanidad siguen latentes.

Entonces van y vienen épocas de tristezas, es cuando empezamos a extrañar o a desear volver para tratar de enmendar los errores o de tomar otro camino, para evitar sufrir.

Cuando nos sentimos culpables por todo lo que fue o lo que pudo ser, las cargas se sienten más pesadas de lo que normalmente son y todo repercute en nuestro presente.

La mejor manera de superar el ayer y de olvidar el pasado no es tratando de enmendarlo o culpándonos, no es teniendo ese boleto que nos regresa cada vez que deseamos avanzar, pues ese boleto es más bien un retén que nos impide ver las maravillas que Dios tiene preparadas para nosotras.

La vida es demasiado corta como para viajar con tanto equipaje ¿porque crees que en las aerolíneas nos regulan el equipaje? pues porque pesa e impide que los viajes sean más productivos.

Sé que has escuchado muchas veces que Dios te dice “olvida el pasado, vive tu presente” y tú dices ¿Señor pero como si el dolor esta en mi pecho y lo siento como un hueco o un vacío ahí, latente?

Es necesario que te preguntes a ti misma ¿Hasta cuándo permitiré que el pasado me duela e impida recibir más de Dios?

Cuando te respondas estas dos preguntas entonces sabrás cuándo tendrás espacio en el equipaje para que Dios lo llene.

Amiga. Viaja con equipaje de mano, que solo tengas espacio para llevar lo necesario para avanzar por este camino, donde solo lleves los hermosos recuerdos que ese pasado te dejo.

No todo fue malo, escribe lo bueno que el ayer dejó en tu vida y borra las lágrimas, no sé si son hijos, experiencias, recuerdos, lo único que sé es que cosas buenas hubo en medio de tanto dolor ¿y sabes por qué?

Porque en medio de ese dolor tu padre celestial estuvo, nunca estuviste sola, nunca te desamparó, él sabía que para ser la mujer que hoy eres debías pasar por ese desierto.

¡Piensa! hoy no fueras tan fuerte si no hubieses sufrido, si no hubieses fracasado.

El pasado solo era un campo de preparación para ti.

Hoy eres lo que eres gracias a las heridas del pasado y ya paso, así que es tiempo de recibir, es tiempo de soltar para poder agarrar, no puedes agarrar algo si tienes las manos ocupadas, no puedes albergar amor en tu corazón si no decides vaciar el rencor y el dolor que hay en él.

¿Cómo le pides a Dios que te bendiga si aún tienes en la mente los momentos de desilusión y dolor que tuviste en el pasado?

Como le pides que sane tus heridas si aún las tienes abiertas porque no las has curado bien, imagínate metiendo tu mano en una herida sangrando, ¿será bueno? O ¿esta se abrirá y dolerá aún más?

Es necesario que te desprendas de todo lo que te ata al ayer, para que puedas experimentar la maravillosa sensación de libertad en Cristo.

Es una decisión que solo depende de ti, tú eres quien debes soltar las cuerdas que te atan a ese pasado que te atormenta y que no te ha dejado progresar y ser feliz, son esas cuerdas de culpas y reproches las que no te dejan sentirte una mujer llena de vida y de energía para emprender y recibir de Dios.

Mujer has conocido al Dios todo poderoso que abrió el mar rojo pero el hoy, quiere que lo conozcas como el padre que es para ti, el anhela que recibas su paternidad esa que llena vacíos, que reemplaza el amor que anhelabas de un padre que en algunos casos estuvo pero que fue un papa ausente, esa paternidad te empodera para amar sentimentalmente a alguien, es necesario que recibas a ese padre que todo lo hace nuevo aun cuando lo creas difícil o imposible, es necesario que recibas la fe para creer que el abrirá camino donde no ves nada.

Quizás el pasado ha hecho que olvides que Dios lo ha prometido, tal vez pienses que tu soledad será hasta el fin de tus días y hasta has visto a Dios como tu compañero, pero no es así.

Despréndete de todo lo que te hace volver al ayer, rompe ese boleto que te lleva al pasado, no lo necesitas en tu presente y menos en el futuro glorioso que Dios tiene preparado para ti.

Ser feliz y ver las maravillas que Dios hará en tu vida debe ser tu prioridad, ya no más oración por el dolor, por perdón y por lo que fue, es hora de levantar las manos, de soñar y recibir.

Ya no puedes enmendar ni remediar lo que fue, pero si puedes escribir una nueva historia.

Perdónate y deja que los ríos del perdón fluyan en tu vida, amate tanto que anheles ser un canal por donde fluya el perdón y el amor por quienes te hicieron daño y un río de bendición para quienes están pasando lo que un día pasaste.

Pasa la página, cierra el ciclo de dolor en tu vida y en tu familia, saca de tu mente y de tu boca los reproches, el porqué, el no puedo.

Renueva tu mente cada día e impide que el enemigo abra esa puerta siempre que quiera.

Sueña, planea, visualiza y prepárate porque Dios prometió hacer cosas nuevas en tu vida, prometió llevarte a ese nivel que siempre has deseado y aunque ahora no veas nada pronto será una realidad en tu vida, depende de solo de ti.

He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías 43: 19

Estoy muy feliz de compartir este espacio con ustedes mujeres de Fe, las bendigo en nombre de Jesús y oro para que el maravilloso Espíritu Santo sea quien las guíe en esta decisión que han tomado para ser libres del pasado y para que las ayude a recibir todas las promesas que Dios tiene para ustedes en el nombre de Jesús.


Las amo, Erica... no olviden dejar sus comentario o ingresar  a la página en Facebook

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