lunes, 19 de octubre de 2015

Estudio: Como dejar el pasado atrás "Perdonarnos a nosotras mismas"


Hola mis amadas amigas y hermanas, al terminar nuestro estudio, y al repasar un poco  en cada uno de los temas estudiados, nos damos cuenta que cada uno de estos temas se van entrelazando entre sí. El orgullo, la culpa, el temor,  la preocupación, la duda y el perdón, han sido factores muy determinantes, en nuestra vida, que han hecho imposible el que dejemos por completo nuestro pasado atrás,  en los pasados artículos pudimos estudiar a la luz de la Palabra de Dios (Biblia), cada uno de estos factores, al ir estudiándolos, el precioso Espíritu Santo ha ido trabajando en cada una de nosotras, en áreas que no teníamos ni idea que necesitábamos ser restauradas y ser sanadas.

A veces, la persona más difícil de perdonar es a nosotras mismas, pero el perdón nunca es pleno hasta que uno logremos hacerlo. Sea cual sea nuestro pecado, inclusive si es un secreto y nunca nadie supo de él, pero muy dentro de nosotras sabemos que es lo que no nos perdonamos. Los asuntos que nos causan vergüenza y sentimientos de culpa son diversos. Tal vez una conducta inapropiada, o las palabras hirientes contra un ser querido. Tal vez una mala decisión, como un divorcio o un aborto, el haber sido infieles. O quizás el cargo de conciencia por palabras o acciones humillantes dirigidas a nuestros hijos.

Iremos estudiando varios puntos importantes para perdonarnos a nosotras mismas:

Perdonarse a sí misma – Lo que realmente pensamos:

Perdonarse a sí misma es esencial. En todas nosotras existe una tendencia a exigirnos más de lo que le exigimos a otros. Tal vez usted ha sido una de las que pueden justificar el perdonar a otros, hasta por una ofensa muy grave, pero no encuentra ninguna justificación para perdonarse a sí misma por una ofensa igual o menor. Tal vez usted cree que perdonarse a sí misma no es digno de consideración, porque piensa que debe mantenerse en un estado de constante recuerdo, no sea que se le olvide. Tal vez usted cree que hay un precio, alguna forma de penitencia de por vida que debe pagar.

Perdonarse a Sí Misma - El ejemplo de Dios:

El perdonarse a sí misma no es tratado específicamente en la Biblia, pero existen principios en relación al perdón que deberían ser aplicados. Por ejemplo, cuando Dios nos perdona dice que no recuerda más nuestros pecados (Jeremías 31:34). Esto no significa que nuestro omnisciente Padre Dios olvida, sino que debido a que nos perdona, decide no recordar nuestro pecado de una manera negativa. Pedro dijo: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas" (Hechos 10:34). Aplicando la "no acepción" a los problemas del perdón, Dios no decide perdonar a una persona y no a otra. Él perdona a todo el mundo que cree en Jesucristo. Aplicando Sus estándares de "no acepción" a nosotros, es tan importante perdonarnos a nosotras mismas como el perdonar a otros. 

Perdonarse a sí misma no significa olvidar. Significa no recordarse a sí misma esa ofensa de manera negativa. El perdonarse a sí misma es simplemente dejar ir lo que usted tiene en contra suya para poder ser realmente libre, para así seguir adelante con Dios. Si Dios dejó eso atrás, ¿no deberíamos nosotros hacer lo mismo?
Filipenses 4:9 dice que debemos poner en práctica las cosas que hemos aprendido de Dios y de Su Palabra. Continuar reviviendo en nuestros pensamientos los eventos de nuestra transgresión es contrario a Filipenses 4:8, el cual nos dice que pensemos en todo lo verdadero, honesto, justo, puro, y amable. Algo que debemos tener muy claro es que el enemigo siempre va a querer trabajar en nuestra mente, trayendo cada pensamiento de culpa, para que de esta forma no nos perdonemos.

Perdonándose a sí misma– Una decisión personal:

Proverbios 16:25 dice: "Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte." La energía que consume el abrigar ira, odio, y resentimiento hacia nosotras mismas es exhaustiva. Cada gota de energía que le damos a las actividades negativas y a la contemplación de nuestros remordimientos, nos roba la energía que necesitamos para convertirnos en la persona que Dios quiere que seamos. 

La vida está llena de decisiones y cada decisión que tomamos nos llevará en una dirección positiva, o negativa. El perdonarse a sí mismas no nos absuelve, no justifica lo que hayamos hecho, y no es una señal de debilidad. Perdonar es una decisión que requiere coraje y fortaleza, y nos da la oportunidad de convertirnos en vencedoras, en lugar de permanecer víctimas de nuestro propio desprecio. 

Si nosotras no nos perdonamos a sí mismas por los pecados pasados, eso es una forma de orgullo. Cuando creamos un conjunto diferente de reglas, un conjunto de estándares más altos para nosotros que para otros, eso es orgullo. Cuando podemos perdonar a otros, pero no a nosotras mismas, estamos diciendo que nosotras somos menos capaces de tomar una mala decisión que los demás. 

Somos de alguna manera más intuitivas, más sabias, más perspicaces, más cuidadosas que los demás, y por lo tanto, no tenemos excusa y no debemos perdonarnos. Cuando rechazamos el perdón que Dios y otros nos dan, cuando rehusamos perdonarnos a nosotras mismas, lo que estamos haciendo es poniéndonos por encima de otros ¡y eso es orgullo! Proverbios 16:18 dice: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu." La falta de perdón hacia nosotras mismas traerá la auto-destrucción, un espíritu altivo, y una caída. El perdón de Cristo nos traerá la paz.

Perdonarse a sí Misma - Ayudando a Otros y a sí misma:

El perdonarse a sí misma es importante también para aquellos que están a nuestro alrededor. Es un hecho bien conocido que gente herida hiere a otra gente. Mientras más evada el perdonarse a sí misma, mientras más se permita abrigar sentimientos de que usted merece sufrir por lo que hizo, más explosivo se volverá, y por consiguiente, más apta para herir a otros.

La realidad es que usted no puede cambiar lo que pasó. No puede restaurar vidas a lo que eran antes del evento. Sin embargo, puede hacer una diferencia en las vidas de otros. Puede devolver algo de lo que haya tomado, encontrando un lugar diferente para invertir su tiempo y compasión. ¡Perdónese a sí misma y deje que comience la sanación!

Perdonarse a sí misma cambiará la dirección de su vida. Considere la siguiente oración. Lea en silencio la siguiente declaración y luego léala en voz alta. O tal vez le gustaría utilizar sus propias palabras. Sea lo que sea que decida hacer, póngalo en palabras. ¡Necesita escucharse a sí misma perdonándose! ¡Hay mucho poder en la palabra hablada!

Oración:

Querido Padre Celestial, entiendo que no gano nada al no perdonarme a mí misma y gano muchísimo deshaciéndome de la falta de perdón hacia mí misma y al comenzar el proceso de sanación. Quiero seguir adelante y hacer una diferencia positiva en el futuro. Confieso la acusación malsana, auto-castigo, y los votos que haya hecho de nunca perdonarme. Porque Jesús murió por mis pecados, decido perdonarme a mí misma -- no castigarme ya más a mí misma, ni estar enojada conmigo misma. Me perdono por dejar que este dolor me controlara y por herir a otros por mi dolor. Me arrepiento por mi comportamiento y por mi actitud. Te pido que me perdones y me sanes. Dios, ayúdame a no tener JAMÁS falta de perdón hacia mí misma o hacia otros. Gracias por amarme y por Tu gracia para seguir adelante contigo. En el nombre de Jesús, Amén.

Les pido amadas hermanas y amigas que me escriban sus comentarios,  aquí en el blog o en la página del Facebook.

Me gustaría mucho saber sus experiencias con el estudio.

Las amo en el amor de Cristo.

Las bendigo.


Ligia Esquivel.

1 comentario:

  1. Querida hermana en Cristo Jesús, es muy interesante su blog y de ayuda para todos, por lo menos para mí que en esta semana he entendido que tengo que perdonarme a mí misma para poder aceptar el perdón de mi amado PADRE CELESTIAL...Gracias, bendiciones y le deseo un Feliz 2016!

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