Un día de estos, en mi devocional diario
con mi Señor, el Espíritu Santo trajo este versículo a mi mente y a mi corazón.
Y pude comenzar un tiempo de meditación sobre como Dios nos mira y nos conoce.
Y es ahí donde no puedo parar de alabarlo y bendecirlo, porque Él de verdad así
como dice la palabra, “Dios no puede ser burlado”… Él nos mira realmente como
somos, a Él no podemos engañarlo ni ocultarle nada.
Dios no se deja llevar por nuestra apariencia
externa. Es lo que hay en nuestro interior lo que a Él le importa. La Escritura
nos dice que nuestra belleza no debe proceder del adorno externo, tales como
peinados ostentosos y el uso de joyas de oro o vestidos lujosos que llaman la
atención sobre nosotros. (Aunque es bueno cuidarnos y arreglarnos)… Pero más
importante debe ser, la belleza inmarcesible
de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. (1
Pedro 3:3-4)
Muy a menudo nos fijamos en lo que podemos
ver en el exterior – belleza, talento, fama, entre otros, pero Dios ve directamente al
corazón – los motivos, las intenciones y el carácter.
Por desgracia, vivimos en un mundo
superficial donde la gente juzga por la apariencia. Me gustaría decir que esto
es algo que no hacemos y que miramos más allá de lo que está en el exterior,
pero prácticamente todas estamos influenciadas por la apariencia.
Hay un viejo dicho que dice ‘no
juzgues un libro por su cubierta.’ Su significado es simple, la apariencia de
una persona, o bien sus atributos físicos o ropa, no son indicación de su
interior. Tenemos que tener mucho cuidado porque la apariencia externa puede
ser muy engañosa. Hay gente en este mundo que muchos consideran hermosos por
fuera, pero su interior no coincide con su belleza exterior. “Engañosa es
la gracia, y vana la hermosura, pero la mujer que teme a Jehová, ésa será
alabada.” (Proverbios 31:30)
Jesús les dijo a los maestros de la ley y
fariseos: “¡Hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos
de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la
verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de
hipocresía e iniquidad.” (Mateo 23:27-28)
Hay momentos en que no damos la oportunidad
a una persona y la juzgamos por nuestra primera impresión al conocerla. Y
es que tenemos que darnos cuenta que las primeras impresiones y apariencias
rara vez nos dicen mucho sobre esa persona, así que debemos darle algún tiempo
para realmente ver lo que está en su corazón antes de tomar una opinión
definitiva.
Un verdadero hijo o hija de Dios reflejará
un espíritu humilde, amor por Dios y por los demás, así como la alegría,
paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio
propio (Gálatas 5:22-23).
Y muchas me dirán. “Hermana pero esto no se
vive en la iglesia” Perdón, pero tenemos que ser sinceras y realistas, la
iglesia hoy en día es donde más se vive de apariencias, y no solo de
apariencias externas, sino muchas veces de apariencias de piedad y de santidad que
Dios sabe que son un engaño. Y esto es una realidad que está causando mucho
daño dentro de la comunidad cristiana. La verdadera vida
cristiana para muchas es aparentar lo que no son delante de los
demás, haciendo ver que tienen un conjunto de características que
realmente no tienen. Pero estas se equivocan porque es
"imposible engañar a Dios", Él sabe lo que realmente hay dentro
de nuestro corazón. Definitivamente “No nos engañemos, Dios no puede ser
burlado”.
Debemos someternos a un
examen espiritual para ver si nuestros corazones están limpios del pecado
de la hipocresía y el engaño.
Muchas se esfuerzan por mantener una imagen
delante de los demás, pero no se esfuerzan por mantener una "verdadera
imagen delante de Dios", ya que Dios las conoce como realmente
son.
Debemos orar a Dios como lo hizo
David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce
mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el
camino eterno. Salmo 139:23-24”.
A esta hora las animo mis amadas hermanas y
amigas, a que te detengas un minuto y comiences un auto-examen, donde le
permitas al Espíritu Santo que pueda mostrarte lo que realmente está en tu
corazón, y que comiences así un proceso de arrepentimiento y restauración en esta
área de tu vida.
Oración: Amado Padre Celestial, te pido en
el poderoso nombre de Jesús; que me muestres como soy realmente en el interior.
Señor, a esta hora te pido perdón, y renuncio a toda apariencia equivocada,
queriendo aparentar lo que no soy, queriendo con esto quedar bien ante las
demás personas. Me rindo a ti Precioso Espíritu Santo y te pido que comiences a
quitar de mí todo lo que no te guste, transforma Señor mi vida, mi mente y mi
corazón, y que desde hoy comience con un deseo auténtico de agradarte a Ti, con
mi forma de vivir y de actuar, todo esto te lo pido en el poderoso nombre de
Jesús. Amén y Amén.
Les invito queridas hermanas y amigas en
Cristo, a dejar sus comentarios o pensamientos, sea aquí en el blog como
también en la página de Facebook. Y también las animo a que se suscriban al blog,
para que así no se pierdan ningún tema importante que podamos desarrollar para
tu vida, y de esta forma, cada artículo les llegue a su correo personal.
La bendigo y las amo en amor de Cristo.
Ligia Esquivel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario