Mateo 26:41
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
Veamos algunos significados
de velar. (Diccionario de la Real Academia Española)
Velar: Estar sin dormir, el
tiempo dispuesto para dormir. Hacer centinela durante la noche…observar
atentamente algo.
Miremos también a lo que se
refiere “velar” en el contexto de este versículo:
Vemos a Jesús en un momento
dramático de su vida, la victoria de la cruz fue ganada en el Huerto de Getsemaní,
en las oraciones. El Maestro, en la batalla espiritual instruye a nosotros, los
discípulos acerca de la oración como una preparación para el día de la prueba,
de la tentación.
1. Preparándonos para el
día malo.
2. Preparándonos para el
día de la tentación.
3. Orando para estar
fuertes en el espíritu.
Con todo esto vemos, la
gran necesidad de velar, que debemos tener cada una de nosotras. Es parte de la
vida cristiana, es estar, atentas las veinticuatro horas del día; los
trecientos sesenta y cinco días del año. Para así no entrar en tentación.
Pero no solo velando, es
que vencemos la tentación, sino, que es, “velando y orando”
Hay que velar y orar, para
que nuestros sentidos no se despierten a la tentación. Pero, ¿qué es la
tentación? , es el estímulo espontáneo, que nos impulsa a hacer lo malo; y así,
satisfacer los deseos de la carne.
La tentación puede venir a
nuestra vida, si estamos deseando satisfacer nuestra carne, ya que es parte de
nuestra naturaleza pecaminosa; eso sí, si nuestra naturaleza esta subyugada a
Cristo, no habrá en nosotras ninguna tentación que pueda hacernos caer. Porque
ahí es cuando Dios nos dice:
2 Corintios 12:9
“Y me ha dicho: Bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el
poder de Cristo.”
¿Que nos quiere decir
nuestro Dios con esta palabra?
Que toda debilidad en nosotras,
en nuestra vida, mientras estemos rendidas por completo a Él, no será motivo de caída. Pero, eso sí, no
vencemos la tentación, por nuestras propias fuerzas, sino en las fuerzas de Él,
de nuestro Dios.
Muchas veces Dios permite a
satanás tentarnos, para así zarandearnos. Esto ocurre por una razón, para que
podamos, darnos cuenta, donde estamos paradas; si realmente estamos rendidas a
Él. Ya que nuestra dependencia debe estar amarrada solamente en Él, pues es el
único que puede salvarnos de la tentación, y hacer que no caigamos. Dios lo
único que necesita es que nos rindamos por completo a Él, es ahí cuando todo
cambia.
Estudiando la Palabra de Dios encontramos algunas pautas, de cómo evitar la tentación:
- Dios es el que nos libra y nos rescata de la tentación.
Mateo 6:13
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria, por todos los
siglos. Amén.”
- Evitar incitar a nuestros sentidos, a cosas o situaciones, que nos llamen la atención, y que no, estén de acuerdo a la Palabra de Dios, como por ejemplo, algunas amistades, ciertos programas de televisión, el Internet, entre otras.
Romanos 6:12-13
“No reine, pues,
el pecado en vuestro cuerpo mortal,
de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.”
- Velar orando, cuando estamos en una prueba, para poder pasarla, de acuerdo al propósito de Dios, y así poder hacer, lo que Dios quiere que hagamos. Orando y clamando, hasta que se haga lo que Dios tiene para nosotras, ya que no hay otra forma de hacerlo, y la tentación puede venir en cualquier momento.
Lucas 21:36
“Velad, pues,
en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas
estas cosas que vendrán, y de estar en
pie delante del Hijo del Hombre.”
Así como Nuestro Señor nos
da pautas, para ayudarnos a no caer en tentación, también nos da maneras, de
acuerdo a su Palabra para velar.
Maneras para velar:
- Debemos ver las señales, de que Jesucristo está a las puertas, que su venida está muy cerca.
Mateo 24:42
“Velad, pues,
porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.”
- Velar para que nuestras vidas, no se carguen con las cosas de este mundo, ya que muchas veces, le damos rienda a nuestros antojos, queriendo hacer lo que todo mundo hace...
Lucas 21:34
“Mirad también por vosotros
mismos, que vuestros corazones no se
carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.”
- Orando siempre, en todo tiempo.
1 Tesalonicenses 5:17
“Orad sin cesar.”
- Haciendo lo que Dios nos ha mandado a hacer, mientras Él venga. Trabajando, para que otros puedan conocer al Señor y aceptar a Jesús, como el Señor y Dios de sus vidas.
Mateo 16:15-16
“Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será
condenado.”
Así que mis muy queridas
amigas y hermanas en Cristo,
¡A VELAR Y ORAR ESPERANDO LA VENIDA DE NUESTRO AMADO!
¡A VELAR Y ORAR ESPERANDO LA VENIDA DE NUESTRO AMADO!
Dios las bendiga!