lunes, 31 de agosto de 2015

Estudio: Como dejar el pasado atrás


Hola amigas, desde el artículo que mi amiga Erica compartió con nosotras aquí en nuestro blog, llamado “Dejando el pasado atrás”. (Si no leíste el artículo, te animo a que lo leas)… El Señor ha inquietando mi corazón a hacer  este estudio.

Si hay una mujer a la que le costó muchísimo dejar el pasado atrás, ¡esa fui yo!

Por muchos años me decía a mí misma que toda mi vida pasada había quedado atrás y que era feliz, y una nueva criatura en Cristo Jesús, Pero el problema era que yo realmente no había soltado mi pasado y cada cierto tiempo, muchas cosas venían a mi vida  a hacerme sentir infeliz, frustrada y hasta fracasada. Y sé por mi experiencia, y por testimonio de muchas mujeres que escucho cuando hablo con ellas, que este es un problema muy frecuente en muchas de nosotras, es más, inclusive hay muchas mujeres que están sirviendo a Dios en la Obra y todavía no son sanas internamente; osea no son libres. Y es que leamos lo que Dios nos dice en su Palabra:


“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” Isaías 43:18


Hay muchas mujeres que creen que hicieron muchas cosas malas y cometieron muchos errores y aunque tenemos la promesa de que en Cristo todas las cosas son nuevas en su corazón todavía tienen la duda, si Dios realmente las ha perdonado. Debemos saber que para Dios nuestra vida pasada ya no existe, ya no vale. Lo que importa es nuestro presente y todo lo que podamos hacer para Dios y su obra.

Ya basta de recordar lo pasado, no puedes hacer nada por todo lo que quedo atrás, solo puedes centrar tu vida en lo presente y hacer todo mejor.

No puedo dejar pasar la vida de María Magdalena y como logró olvidar su terrible pasado. Y es que desde ese día que fue perdonada por Jesús, su vida nunca más fue igual, dejo atrás su pasado y su pecado, y nunca más pudo apartarse de su Maestro, Se hizo una de las más grande seguidora de Jesús, Dios tenía grandes planes para ella. ¡Así como tiene grandes planes para ti y para mí!

Me faltaría tiempo para escribir como Dios ayudó a olvidar el pasado de hombres y mujeres como Moisés, Jacob, David, Rahab, entre otros muchos. Que Dios los ayudo a cambiar; y si tú lo deseas tú puedes ser una de las que Dios ayuda a olvidar su pasado.

Mujer no mires hacia atrás, no tengas nostalgias por las cosas que dejaste atrás, no pierdas tu tiempo, no te distraigas en cosas que no aprovechan, no descuides tu salvación, no te detengas hasta llegar al lugar seguro; el pecado al querer recordar con nostalgia las personas o cosas del pasado, no es una simple mirada atrás, sino la actitud del corazón y los deseos del mundo que nos embriagan, los afectos que  creemos que podemos estar perdiendo, puede ser que puedan más que la salvación que Dios nos está ofreciendo. Y esto puede llevarnos si no tenemos cuidado a perder la salvación.

Este Estudio que estamos iniciando hoy, tiene como finalidad llevarnos por una proceso de siete días, para evaluar nuestra vida, y así lograr determinar si hay alguna área,  muy dentro de nosotras que necesite ser restaurada, para así lograr ser libres por completo. Veamos lo que el Apóstol Pablo nos anima a hacer:


“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14


Las animo mis amadas amigas, a que se unan a este estudio, y a que cada día vayamos estudiando, a la luz de la Palabra de Dios sobre cada una de las áreas que el Espíritu Santo no irá llevando a analizar. Para que al finalizar el estudio veamos y vivamos la victoria, que el precioso Espíritu Santo dará a nuestra vida…. ¿Cuántas se unen? Si quieren puedes anotarse aquí en el blog, o también en la página de Fecebook, para así poder estar orando por cada una de ustedes. 
Dios las bendiga. 
¡Las amo mucho en el amor de Cristo!

Ligia Esquivel.




martes, 18 de agosto de 2015

Dejando el pasado atrás


¡Amigas! No empezaré diciendo exclamativamente que hay que dejar el pasado atrás, no es un tema de solo decirlo, muchos lo hacen como si fuera fácil, pues no lo es y menos cuando hay cosas que han dolido, etapas difíciles de asimilar, recuerdos de lo que pudo ser y no fue y hasta frustraciones por lo que vivimos hoy.

Es normal que la culpa nos ataque si nuestro pasado es el resultado de malas decisiones que tomamos.

No falta la persona que dice “Yo te lo dije o te lo decía” 

Pero sabes, todas esas cosas ocurren cuando tú y yo, seguimos dejando la puerta que conduce al ayer abierta.

Cuando seguimos aferradas o amarradas al ayer, cuando los pensamientos y el dolor de heridas que aparentan sanidad siguen latentes.

Entonces van y vienen épocas de tristezas, es cuando empezamos a extrañar o a desear volver para tratar de enmendar los errores o de tomar otro camino, para evitar sufrir.

Cuando nos sentimos culpables por todo lo que fue o lo que pudo ser, las cargas se sienten más pesadas de lo que normalmente son y todo repercute en nuestro presente.

La mejor manera de superar el ayer y de olvidar el pasado no es tratando de enmendarlo o culpándonos, no es teniendo ese boleto que nos regresa cada vez que deseamos avanzar, pues ese boleto es más bien un retén que nos impide ver las maravillas que Dios tiene preparadas para nosotras.

La vida es demasiado corta como para viajar con tanto equipaje ¿porque crees que en las aerolíneas nos regulan el equipaje? pues porque pesa e impide que los viajes sean más productivos.

Sé que has escuchado muchas veces que Dios te dice “olvida el pasado, vive tu presente” y tú dices ¿Señor pero como si el dolor esta en mi pecho y lo siento como un hueco o un vacío ahí, latente?

Es necesario que te preguntes a ti misma ¿Hasta cuándo permitiré que el pasado me duela e impida recibir más de Dios?

Cuando te respondas estas dos preguntas entonces sabrás cuándo tendrás espacio en el equipaje para que Dios lo llene.

Amiga. Viaja con equipaje de mano, que solo tengas espacio para llevar lo necesario para avanzar por este camino, donde solo lleves los hermosos recuerdos que ese pasado te dejo.

No todo fue malo, escribe lo bueno que el ayer dejó en tu vida y borra las lágrimas, no sé si son hijos, experiencias, recuerdos, lo único que sé es que cosas buenas hubo en medio de tanto dolor ¿y sabes por qué?

Porque en medio de ese dolor tu padre celestial estuvo, nunca estuviste sola, nunca te desamparó, él sabía que para ser la mujer que hoy eres debías pasar por ese desierto.

¡Piensa! hoy no fueras tan fuerte si no hubieses sufrido, si no hubieses fracasado.

El pasado solo era un campo de preparación para ti.

Hoy eres lo que eres gracias a las heridas del pasado y ya paso, así que es tiempo de recibir, es tiempo de soltar para poder agarrar, no puedes agarrar algo si tienes las manos ocupadas, no puedes albergar amor en tu corazón si no decides vaciar el rencor y el dolor que hay en él.

¿Cómo le pides a Dios que te bendiga si aún tienes en la mente los momentos de desilusión y dolor que tuviste en el pasado?

Como le pides que sane tus heridas si aún las tienes abiertas porque no las has curado bien, imagínate metiendo tu mano en una herida sangrando, ¿será bueno? O ¿esta se abrirá y dolerá aún más?

Es necesario que te desprendas de todo lo que te ata al ayer, para que puedas experimentar la maravillosa sensación de libertad en Cristo.

Es una decisión que solo depende de ti, tú eres quien debes soltar las cuerdas que te atan a ese pasado que te atormenta y que no te ha dejado progresar y ser feliz, son esas cuerdas de culpas y reproches las que no te dejan sentirte una mujer llena de vida y de energía para emprender y recibir de Dios.

Mujer has conocido al Dios todo poderoso que abrió el mar rojo pero el hoy, quiere que lo conozcas como el padre que es para ti, el anhela que recibas su paternidad esa que llena vacíos, que reemplaza el amor que anhelabas de un padre que en algunos casos estuvo pero que fue un papa ausente, esa paternidad te empodera para amar sentimentalmente a alguien, es necesario que recibas a ese padre que todo lo hace nuevo aun cuando lo creas difícil o imposible, es necesario que recibas la fe para creer que el abrirá camino donde no ves nada.

Quizás el pasado ha hecho que olvides que Dios lo ha prometido, tal vez pienses que tu soledad será hasta el fin de tus días y hasta has visto a Dios como tu compañero, pero no es así.

Despréndete de todo lo que te hace volver al ayer, rompe ese boleto que te lleva al pasado, no lo necesitas en tu presente y menos en el futuro glorioso que Dios tiene preparado para ti.

Ser feliz y ver las maravillas que Dios hará en tu vida debe ser tu prioridad, ya no más oración por el dolor, por perdón y por lo que fue, es hora de levantar las manos, de soñar y recibir.

Ya no puedes enmendar ni remediar lo que fue, pero si puedes escribir una nueva historia.

Perdónate y deja que los ríos del perdón fluyan en tu vida, amate tanto que anheles ser un canal por donde fluya el perdón y el amor por quienes te hicieron daño y un río de bendición para quienes están pasando lo que un día pasaste.

Pasa la página, cierra el ciclo de dolor en tu vida y en tu familia, saca de tu mente y de tu boca los reproches, el porqué, el no puedo.

Renueva tu mente cada día e impide que el enemigo abra esa puerta siempre que quiera.

Sueña, planea, visualiza y prepárate porque Dios prometió hacer cosas nuevas en tu vida, prometió llevarte a ese nivel que siempre has deseado y aunque ahora no veas nada pronto será una realidad en tu vida, depende de solo de ti.

He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías 43: 19

Estoy muy feliz de compartir este espacio con ustedes mujeres de Fe, las bendigo en nombre de Jesús y oro para que el maravilloso Espíritu Santo sea quien las guíe en esta decisión que han tomado para ser libres del pasado y para que las ayude a recibir todas las promesas que Dios tiene para ustedes en el nombre de Jesús.


Las amo, Erica... no olviden dejar sus comentario o ingresar  a la página en Facebook

sábado, 15 de agosto de 2015

El verdadero valor de la mujer


No sé, si algún día te has puesto a pensar lo valiosa que eres, Dios pensó en ti y en mí, desde antes de la fundación del mundo. ¡Dios nos hizo mujeres, tenemos características únicas y necesarias para cumplir el propósito que Dios determino para cada una!

Lo que pasa es que muchas veces con el paso de los años, hemos tenido que pasar pruebas y traumas que han venido a cambiar esa identidad que Dios pensó para cada una… Dios quiere poder cambiar nuestra vida, devolvernos esa identidad, solo debemos rendirnos a su presencia, pedirle al precioso Espíritu Santo que nos transforme.

La biblia habla de una mujer que es más valiosa que las piedras preciosas. Esa mujer somos tú y yo!

Proverbios 31:10
“Mujer virtuosa ¿quién la hallará? porque su estima sobrepasa largamente a las de las piedras preciosas.”

Lo que tú y yo valemos para Dios, es mucho más que TODAS… las joyas del mundo, tú y yo somos un especial tesoro para Él.

Es tiempo de comprender que la mujer virtuosa, está siendo moldeada en nuestro ser, teniendo plena seguridad de que somos extremadamente valiosas para Dios, somos bellas, preciosas y muy amadas por Él.

Isaías 43:4
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé” 

Muchos piensan que una mujer es valiosa por lo que posee: una gran casa, un carro último modelo, una cara bonita, un cuerpo perfecto, un título universitario, un buen trabajo o una buena cuenta bancaria, con muchas joyas y buena ropa. Pero realmente nosotras las mujeres tenemos más valor que cualquiera de estas cosas, y no es que tener una o todas estas cosas sea malo, lo malo sería darnos valor solo por ellas.

Somos valiosas por lo que somos capases de hacer, de construir lo que muchos no se atreven. No importa la edad, no importa la belleza, no importa la posición social, cuantas luchan por ser madres y jefas de hogar, cuidan a sus hijos juntamente con un trabajo y también con los quehaceres del hogar, cuantas más luchan con su matrimonio y sus familias, otras también pueden luchar por algún padecimiento o enfermedad, hasta dejan sueños y anhelos sin titubear, por luchar por lo que es realmente importante: su familia.

Pero a pesar de todo esto, nuestro verdadero valor solo lo encontramos en Jesús. Y es que para Jesús somos muy importantes y valiosas. Cuando Jesús estuvo físicamente sobre la tierra, Él no vio a la mujer como seres seductores responsables del pecado, ni como criaturas inferiores e incapaces; ¡no!, Él las invitaba a seguirle, les permitía que le tocasen, las sanaba, las escuchaba; fueron objeto muchas veces para manifestar en ellas sus milagros, formaron parte de parábolas y sus discursos.

Además les concedió privilegios grandes como ser las últimas personas en permanecer a su lado cuando Él murió, y las primeras en descubrir su resurrección. 

Amigas, El Valor de una mujer es: El gozo de saber que Dios nos ha creado con la mentalidad de autogobernarnos en todos los roles de la mujer, la belleza de la respuesta emocional al amor y al dolor, la fuerza de seguir lo que tiene valor, de soportar lo que es necesario y de dejar de lado lo que no es para nosotras, el gozo de ser madres si traemos o no hijos al mundo, la paz de aceptarnos a nosotras mismas como ciudadanas no de segunda clase sino de primera, y la seguridad de saber que somos hijas del Dios altísimo quien nos ama y nos cuida y con quien viviremos eternamente.

Hoy Dios quiere recordarnos nuestro verdadero valor, él quiere que podamos conocer cuáles son los atributos que poseemos, las cualidades, talentos y habilidades especiales que él puso en cada una, para así poder ser plenas y realizadas de lo que somos, MUJERES VALIOSAS.


Reflexión: “El Señor quiere que, nosotras las mujeres tratemos constantemente de mejorar nuestra mente y corazón, de obtener fuerza intelectual, moral y espiritual, para vivir una vida útil y feliz, que seamos bendición para el mundo, y también una honra para nuestro Creador.”

Espero y oro a Dios, por cada una de ustedes mujeres valiosas que lean este artículo, para que Dios nuestro Señor pueda renovar sus mentes, y así puedan versen y aceptarsen como las mujeres valiosas que Dios dice que son.

Dios las bendiga, y espero recibir sus comentarios, aquí bajo el artículo, o bien en la página de Facebook.

Con cariño: Ligia Esquivel.

Aquí les dejo una linda alabanza espero la escuchen.