Son tantas las explicaciones que sabemos y
leemos sobre la fe, algunas veces hasta parece que fuera muy fácil tenerla, ¡pero
realmente sabemos que no es así!
Nacemos con una pequeña medida de fe, y
conforme crecemos y entregamos nuestra vida a nuestro Señor, esta fe va creciendo
y desarrollándose o también puede ser que decrezca y muera, esto conforme a
como nos determinamos a vivir nuestra vida espiritual.
Dios ha estado durante mucho tiempo
hablando a mi vida y a mi corazón lo importante de ser ricos en fe. Muchas circunstancias
que vivimos cada día serán diferentes al vivir cada día determinadas a creer que nuestro Señor está con nosotras ayudándonos
y defendiéndonos de cualquier situación.
Al vivir cada día en una relación contante
con nuestro Señor, orando y leyendo su Santa Palabra esta fe ira creciendo y
aumentando, otra manera de que nuestra fe crezca es, recordando las veces que
nuestro Señor nos ha ayudado y guardado en el pasado. Muchas veces el Señor
permite que pasemos valles y desiertos para que aprendamos a confiar en Él,
pues al pasar estas circunstancias y experimentar que nadie más podía ayudarnos,
solo ÉL. Y que muchas veces espera hasta el último minuto para hacer un
milagro, y transformar nuestra adversidad en una gran victoria.
Sé hermana que en este momento puedes estar
viviendo problemas, situaciones y
adversidades donde no hay una salida natural, pero es ahí donde al Señor le
gusta intervenir, es ahí donde mueve lo imposible y se glorifica para que
aprendas a confiar en su poder y en su fuerza.
Salmo 37:25
“He sido joven y ahora soy viejo, pero
nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan.”
Cuando hago un recuento de mi vida y del
tiempo que tengo de haber entregado mi vida a Cristo y recuerdo cada situación,
cada adversidad que he vivido de la mano de mi Señor, puedo decirte de una forma sincera y cierta de que Dios nunca me ha
desamparado, nunca me ha dejado sola…cada victoria que he tenido ha sido por
una intervención poderosa de su parte, problemas fuertes de salud, problemas económicos,
problemas familiares, problemas laborales…han sido solo algunas de las
victorias que el Señor ha ganado por mí…¿Amada hermana y si lo ha hecho conmigo,
como no lo va hacer contigo?
Al comenzar a determinarnos a que nuestra
fe crezca y se multiplique, comenzaremos a experimentar victorias diarias. Al
llegar a ser ricas en fe, dejaremos de poner los ojos en los problemas y los obstáculos,
y comenzaremos solo a ver a nuestro Señor…¡¡¡nuestra mente comenzará a cambiar
y comenzaremos a pensar a hablar y actuar de una forma completamente diferente
y positiva!!!
Te animo amada hermana, a que comencemos a hacer crecer nuestra fe, no paremos de incentivarla
para que muy pronto lleguemos a ser RICAS EN FE.
Hoy quiero dejarnos un reto para ti y para
mí, para que así podamos hacer crecer nuestra fe. Vamos a
comenzar a tomar poderosas promesas que el Señor nos dejó en su Palabra
y las comencemos a aplicar a nuestra vida, comenzaremos a estudiarlas, les
recomiendo que las escribamos en papelitos
y las peguemos en lugares de nuestra casa o nuestro trabajo para así las
aprendamos, y que así comience a crecer y crecer nuestra fe. ¿Qué les parece
este reto amadas hermanas? ¿Te unes a mí en este reto?
Si es así escríbeme tu comentario o tu
mensaje y comencemos este maravilloso reto… cada día estaré escribiendo y
publicando estas promesas en la página de Facebook. Espero ansiosa tus
comentarios y tus mensajes y así iremos juntas haciendo crecer nuestra fe.
Romanos 10:17
“Así que la fe viene como resultado de oír
el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.”
Las bendigo amadas hermanas.
Con cariño Ligia E.