Al iniciar este año el Señor me dio esta palabra, en un momento de
mi vida donde estaba afrontando una situación muy difícil. Inclusive llegué a
preguntarle, ¿Señor cómo me dices que me esfuerce? ¡Si definitivamente ya no
puedo seguir!
Y no les niego durante algunos días estuve en shock, y fue ahí
donde comencé a preguntarme a mí misma ¿a qué se refería el Señor con que me
esforzara?
¿No sé a cuantas de ustedes les ha pasado; que desean escuchar una
respuesta positiva de parte del Señor ante una dificultad que estén afrontando?
Y cuando esto no ocurre, nos sentimos desmotivadas y tristes, pues no
entendemos otra razón, que no sea la respuesta que queremos escuchar. Muchas
veces lo único que quieres hacer es salir corriendo y no luchar por nada ni por
nadie, ¿les ha pasado? ¡Porque a mí sí me pasó!
¡Fue por eso que me di a la tarea de investigar que significa
esforzarse!
Significado de esforzarse:
Hacer un esfuerzo físico o mental para conseguir alguna cosa.
Dar [a uno] fuerza y vigor.
Infundir ánimo o valor.
Hacer que algo funcione realizando un esfuerzo excesivo.
Fue ahí que comprendí que muchas veces el Señor necesita que
pongamos primeramente de nuestra parte, para luego Él con su Gracia y
Misericordia venir en nuestra ayuda. Él no quiere que hagamos nada solas, él quiere
ayudarnos en todo, pues nos prometió que siempre estaría con nosotras.
“Enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y
les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:20
Y es que a todas en algún momento de nuestras vidas se nos han
acabado las fuerzas, ya sea por trabajo o por alguna situación difícil que
podamos estar afrontando, un quebranto de salud, o inclusive por muchas tareas
que realizamos a las vez….y es que son tantas las obligaciones que tenemos en
nuestra vida, que nos cansamos y desfallecemos. ¡Y es ahí donde debe comenzar
nuestro esfuerzo! Muchas veces inclusive dejando de lado el cansancio, la
tristeza, soledad. Lo que realmente importa es nuestra disposición y esfuerzo.
Y es que las mejores cosas de la vida necesitan esfuerzo. Hasta a
nuestro señor Jesús tuvo que esforzarse y sacrificarse al dejar su trono, y
bajar a la tierra para entregar su vida por cada una de nosotras…no fue nada
fácil para Él. No merecía vivir lo que vivió, pero aun así, obedeció por amor y
misericordia.
Por ejemplo un atleta para ganar una carrera debe esforzarse en dar
todas sus fuerzas para entrenarse y luchar por alcanzar ese primer lugar que
quiere ganar. Un estudiante en la universidad, debe pasar muchas noches
estudiando, sin poder dormir, solo por ganar cada materia de su carrera, y así
poder llegar a ser el profesional que un día soñó con llegar a ser.
¡Pero sabes amada hay algo muy importante entre el esfuerzo y la
meta! Y es ahí donde muchas veces mueren nuestros sueños y metas. ¿Sabes qué
es? Pues si amada la “perseverancia”
Muchas veces no llegamos a terminar tareas, trabajos, sueños, metas,
por falta de perseverancia, a la menor prueba, dificultad o desilusión dejamos
de esforzarnos y por último dejamos de lado lo que queríamos alcanzar,
permitiendo así que mueran nuestros sueños, nuestros anhelos y pensamos que no
eran voluntad del Señor, pero lo que realmente pasa es que nos gustan las cosas
fáciles, sin necesidad de un esfuerzo extra.
El Señor no quiere que nos quedemos solamente con el deseo de alcanzar
o lograr algo (una meta), él quiere que luchemos por ello, que nos esforcemos por
alcanzarlo. Él ha puesto anhelos y sueños en nuestra vida, para así también lograr
cumplir su propósito en nosotras.
Y sabes amada cuando te determines a luchar y dar esa milla extra
que nos habla la Palabra, es donde el Señor interviene y comienza ayudarte, a
darte fuerzas, vigor, fortaleza. Muchas veces Él necesita ver que comienzas a
esforzarte y perseverar, para así comenzar a actuar en tu vida. Y es que hasta
te lleva a la línea de batalla, y crees que es para que pelees, pero no. Él te
lleva para que veas, como lucha y pelea por ti.
¡No sé qué será, lo que estas afrontando en este tiempo! ¡No sé qué
será lo que necesite de tu esfuerzo y perseverancia! Pero el Señor si lo sabe, y
quiere que cuentes con él para ayudarte y fortalecerte. Esfuérzate y persevera.
No te detengas, no mires los obstáculos, ni las dificultades. Mira hacia adelante.
Hacia la meta que quieres alcanzar, si caes, pues levántate y sigue; eso sí
siempre de la mano del Señor, recuerda que ¡Solas nada podemos lograr! ¿Y si
Dios está con nosotras quién contra nosotras?
¡Adelante en Cristo!
Bendiciones